O puestos a trascender, su recién estrenado StreetXO London.
Un año después, y tal y como proyecté ese sueño, así se fraguó.
Antes, mucho antes de recorrer los enclaves declarados Patrimonio de la Humanidad de una de las ciudades más visitadas del mundo debido a su carácter especial y cosmopolita, así como sus numerosos museos, galerías de arte u otras instituciones culturales... me encontraba allí, en ese estrecho y oscuro callejón sin salida de Hanway Place, embelesada tras el recorrido a orillas del río Támesis, envuelta ya por el increíble exotismo y encanto, que es capaz de desprender Chinatown, barrio chino cargado de historia situado en pleno Soho.
Nada -a excepción de algún Lamborghini o Ferrari aparcado- te haría vaticinar cuando te acercas por fin a la puerta, que se trata de la entrada de Hakkasan.
El restaurante chino más moderno de Londres -por concepto, por producto-,una de las marcas del mundo más distinguidas, así como Estrella Michelin de la ciudad.
En cuanto bajas sus escaleras, se hace la noche.
Deambulando por lo que pareciese más bien un club clandestino de moda de la City, llegas a un sótano que se transforma en imponente recibidor con carácter vibrante y acogedor.
Es en este instante, cuándo se despliega ante ti y hacia cada producto que es nombrado por tus labios, todo un arsenal de complacencia, mientras la luz vuelve a ser tenue y vaporosa, mientras la música suena a electrónica, mientras tus pupilas sólo captan siluetas opulentas y los cócteles ponen color a la noche.
Todo cuanto vino después se tradujo en sofisticación hecha manjar.
A destacar sus excelentes Dim Sum, los deliciosos Grilled Shanghai Dumpling, y en primer orden por excelencia, las Spicy prawn with lily bulb and almond ( gambas picantes con bulbo de lirio y almendra).
Picantes sí, bastante picantes, pero absolutamente exquisitas, rozando un grado de perfección indescriptible en cuanto a su punto de cocción y delicada finura.